cultura de otra especie

territorios

22.12.2010 14:07

 

            R_osario     BARES   

 

       

            Comics 1         

 


   Andaba perdido, caminando por Corrientes sin encontrar un bar  al que me diera ganas de entrar.  Es cierto que pasé frente a los ventanales de uno que sí me gustó, en la esquina de Mendoza, con sillas Tonnet y mesas haciendo juego, pero sin mesas afuera, es decir, sin lugar para fumar; creo que fue el único bar que ví en el trayecto desde Pellegrini.  Me había quedado unos segundos mirando adentro, el gran salón casi vacío, pensando en lo absurdo que me resulta la prohibición de fumar en los bares: ¿Qué otra cosa se puede hacer en un bar que beber y fumar? Bueno, una o dos cosas más, que iban a suceder muy pronto. 

 
(Recuerdo el ansia al principio
el tic-tac anhelante de mi reloj sin agujas
la curiosidad y la espera.)

 

   Seguí por Corrientes y también dejé atrás los bares sobre la peatonal Córdoba, pues deambulaba por allí demasiada gente y esos lugares tienen un tufillo de  impostura; me parece que la gente se sienta allí para ser vista. (Y si también es cierto que al fin y al cabo todos queremos ser vistos, en ésos bares resulta todo demasiado obvio: obsceno)  

  Cansado, sediento y sin fe llegué a la esquina de San Lorenzo y a media cuadra de Corrientes ví las mesas llenas de pendejos. Me acerqué lento como si no buscara un bar desesperadamente para fumar y beber. El bar parecía un tubo (por un instante recordé el MinchoBar en Mortevideo) y la hilera de 7 u 8 mesas a lo largo en la vereda ocupaba el frente de los locales que lindaban con el bar. Me quedé parado frente a la entrada, recostado contra una columna mirando todas las mesas ocupadas. Alguien debió apiadarse y desde una mesa oí que gritaban: ey! – mirándome y señalando una silla vacía.  Por supuesto, pese a estar sobrio, me acerqué, agradecí y me senté en esa mesa con 4 extraños, diciéndome “esto no te pasaría en Mortevideo, nadie invitaría así espontáneamente a un extraño a su mesa, por timidez, por no parecer desubicado (el pánico oriental) o por mezquindad pura”. 

 
( y es que en medio de este intervalo de años he ido y venido
he sentido tanto frío que viajé a conocer la nieve, he tenido tal ansiedad que
 me enclaustré con un minotauro y nunca más salí de aquella habitación)

 

 Claro que la invitación era en parte interesada (toda invitación lo es) pues discutían un par de sicobolches contra un par de filoperonistas. Me ofrecieron cerveza pero preferí pedir un whisky, para ponerme a tono enseguida, ya que ellos me llevaban unas cervezas de ventaja y ya se sabe que si uno está, por ésas casualidades, sobrio, la mejor manera de discutir con un borracho es llegar pronto a su estado.  Ni hablar que a los cinco minutos quedó claro en qué bando estaba, y que antes de la media hora había logrado, dos whiskies de por medio y ya bebiendo cerveza, un estado decente de embriaguez.

 

Alguien me había preguntado de dónde era, aparentemente delatado por haber pedido whisky, cosa que casi nadie toma aquí según me fue dicho; al revés que en R_osario, en Mortevideo el whisky es barato comparado con la cerveza. 

  Por alguna razón que desconozco, ser de Mortevideo generaba una rara admiración en los otros: hay todo un imaginario relacionado con Galeano, las murgas,  la canción popular que propicia  una simpatía espontánea, que sin dudas no se condice con el espanto de vivir en una ciudad de muertos-vivos.

 El que me había gritado para que me uniera a la tertulia se llamaba Lautaro, y era uno de los dos que defendían amorosamente a Cristina; “Ni que lo hubieras olfateado” le dijo uno de los bolches, ya que a mí me tocaba desempatar y, aparte de simpatizar fervorosamente con la susodicha, siempre tuve rechazo por los dogmas: aclaro que el rechazo no tiene nada que ver con cosas como ser “anticomunista” o disparates así. (Recuerdo que cuando varios literatos e intelectuales le pidieron a Borges que firmara por la liberación de Onetti durante la dictadura en Uruguay, dijo: “Pero, bueno, acaso ése hombre no era comunista?). No me agradan las personas aferradas a una causa como a una religión: siempre terminan cambiando de dogma sin el menor juicio crítico. Algún día voy a escribir sobre los “ex-algo”, la raza más recalcitrante que conozco.

  Los dos afiliados a la FedeComunista seguían discutiendo con el amigo de Lautaro; Lautaro y yo hablábamos de escritores muertos y amantes marchitos, hasta que –ya había pasado hora y media- me levanto para ir al baño. “Cuba no se rinde” dije y todos me miraron perplejos.

   (La anécdota me la había contado Darnauchans, en aquellas tardes en que tácitamente  nos encontrábamos en el bar Mincho a eso de las 7 de la tarde a beber whisky y charlar, yo salido de la cama un par de horas antes, él volviendo de la iglesia de la calle Tapes de sus reuniones con alcohólicos anónimos: “Voy al baño” le digo y Darno: “Cuba no se rinde!” mientras me pierdo en el fondo del tubo que es el bar, y vuelvo y no entiendo a qué venía la frase y él cuenta, con su voz tenue: “En los años sesenta, en un congreso de países latinoamericanos celebrado en Punta del Este, el representante de Cuba era el Che. En un momento en que el discurso era de un presidente latinoamericano, que justamente criticaba a Cuba, el Che se levanta del auditorio y enfila hacia la puerta. El que estaba hablando no pierde la oportunidad y lo increpa desde el podio: “Ven?, ésa es la actitud de Cuba, siempre escabulléndose y no aceptando las críticas”.

   Sólo, enorme, en medio del pasillo, el Che se da vuelta hacia el escenario y le grita: “Cuba no se rinde, va al baño y vuelve!”)

  Así que conté esto y me fui al baño del Comics. Atrás mío entró Martín, uno de los bolches: se puso a mear a mi lado y me dijo: “Mucho hacerte el piola pero vos por más uruguayo y aventurero que parezcas hay cosas de teoría política de las que no tenés idea, aparte venís a nombrar al Che, que se hubiera cagado en el gobierno burgués de los K.  

   -Bueno, pero acaso no fue el PC de Bolivia el que vendió al Che?- le dije riendo.

Flaco, tenés respuesta para todo? A qué no tenés para esto?”  y mientras decía eso y yo me sacudía me agarró la pija  con la mano y me metió la lengua tan hondo en la garganta que casi me dan arcadas. “Te perdono por que sos yorugua y me caes bien. Después de acá vamos a mi casa. Hay fernet y faso   ¿Cuánto que no venís, uruguayo cagón?” me dijo y salió del baño. Volví enseguida a la mesa a seguir bebiendo. Creo que se habían sumado un par de flacos más o eran de la mesa de al lado, pero yo ya no escuchaba, no me importaba, seguía la discusión sin oír nada, bebiendo y mirando de a ratos el delicado perfil de Lautaro mientras gesticulaba, hasta que me pasa el brazo por el hombro y me dice “ey Cuba, vamos a no rendirnos?”, se para y me ayuda a parar y yo salgo atrás de él al baño.

 

( Y pensar que una vez te besé en un baño, en la mitad de una fiesta de cumpleaños, en un barrio que ya no existe, y me llamabas con un nombre que no me pertenece)

 

Entré tambaleándome y él tenía ya la bolsita abierta en la palma de la mano y una tarjeta en la otra. “Esto te va a reanimar” dice y me acerca la punta de la tarjeta a la nariz. “Vamos por ahí y te llevo a conocer otros bares”.  Le digo que sí, que claro, vámonos ya, mientras chupo la punta de la tarjeta, se la devuelvo y apoyo la palma de mi mano en su bragueta: “Estás excitado o la tenés muy grande” le digo. “Las dos cosas” dice; “los peronistas somos así” y nos reímos, abrazados como árboles derrumbados que se sostienen entre sí.

  Salimos del bar sin saludar y Martín grita, “eh yorugua, te borrás!,mucho bla bla pero no encarás nada.” mientras me subo a un taxi con Lautaro, sin darme vuelta a responder.

 

(Y ahora estoy aquí, yo que comencé mi ominoso streap-tease
hace tiempo. Juntando restos de planes fallidos,
recortando rostros de antiguos amigos y lejanos amantes
del álbum de fotos vacío de mis recuerdos y pegándolos en muros
de calles por las que nunca pasaré.)
 

 

Miguel Erre 

R_osario 2010

 

 

  

 

 

 

 

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-Folletín de diez manos. Cada uno de los autores que escriben la novela-folletín-blog (cabrera, cavallo, santullo, soriano, trujillo), escribe un capítulo de no más de 2000 palabras. Para eso tiene una semana de tiempo. Cuando termina, envía su capítulo al encargado de hacer el siguiente. Cuando se cumplen 5 vueltas y, por lo tanto, se llega al capítulo 25, la novela se termina. Cada capítulo está acompañado de la ilustración de algún artista. Interesante.

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-EE.UU y la música digital. En los pronósticos de la última edición de su reporte sobre la música grabada a nivel global, la firma Strategy Analytics anticipa un nuevo hito para los formatos digitales en el año que viene.La compañía estima que los consumidores estadounidenses gastarán $2.700 millones de dólares el año que viene en CDs, por debajo de $2.800 millones en música en línea. El reporte también contempla la situación en 2015, pronosticando que los ingresos de la música en línea estarán conformados en un 39% por descargas de sencillos, 32% por descargas de álbumes, 14% por suscripciones y 14% por publicidad.

 

 

 

 

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