cultura de otra especie

Ella imagina

29.11.2010 22:10

Dos discos de Rossana Taddei

               

 

                 

 

                 ELLA IMAGINA

 

 

 

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No es norma que un artista edite dos discos al mismo tiempo. Sí sucede con cierta habitualidad la publicación de álbumes con más de una placa que –además de ser signo de un período explosivo en el plano de la composición- requieren el respaldo financiero suficiente como para emprender un proyecto tan abultado.

El momento prolífico por el que atraviesa Rossana Taddei se evidencia en la rareza de lanzar un registro en Argentina a la vez que otro ve la luz en el mercado local. Lo que sólo se podría saber preguntándole a ella, es si el criterio de edición está relacionado con la ausencia de apoyos para un álbum doble, o con dos proyectos paralelos que pedían distintas plataformas de salida.

La audición de los materiales sugiere la presencia de dos conceptos independientes. Uno que gravita en “Feliz” y otro que le da razón de ser a “Sic Transit”. Con los puntos de contacto y los parecidos entre un producto y otro (inevitables desde que Rossana Taddei no puede dejar de ser ella por más que se lo proponga) pero con un centro enlazado a un sonido de carácter cosmopolita (y más específicamente anglo) en el primero, y más conectado en el segundo a la raíz latinoamericana.

Estas dos líneas interiores coexistieron desde siempre en la Taddei, estampando momentos de cada uno de sus registros. Mientras que en “De Minas a París” (un trabajo de 1992 armado en base a composiciones de la autoría de su hermano Claudio Taddei) una mayoritaria vena global le hace un lugar a lo tribal desde el candombe “Luna de lunes”  o el candombe-funky “Ciudad vieja”, en “Alas de mariposa” (2002) las proporciones se equilibran ampliando la travesía por géneros nativos antes jamás abordados.

Con todo, no es la canalización separada de sus ritmos interiores la única cosa que hace diferente a estos discos. “Feliz”, además de global, es menos lanzado en cuanto a arreglos y está más dirigido a abrir nuevas puertas receptivas (sin que esto signifique que el conjunto instrumental suena a cosa fofa para accesar un nuevo público; por el contrario, el plan orgánico de conjunto es tan sobrio y se esmera tanto en llenar el oído, que hasta se podría asegurar que hay pocos productos en la MPU tocados a este nivel y preocupados por no ser banales y arrastradamente simples) como las del codiciado mercado argentino.

El disco propone un sonido anglo de muy atrás ocupando un buen número de sus páginas (jazz de los años 20, swing, bebop, más un rocanrolito sensentoso de aire pre-surf) y un grupo de composiciones de estética más actual donde pueden hallarse los mejores brillos. Uno de ellos es el cautivante trip hop llamado “Los bosques”, y el otro, el entrador candombe “La melaza” con arreglo de doble guitarra rasgueando un diálogo configurador del ritmo.

No es casualidad que se trate de los mismos géneros  que  acunaron las composiciones más efectistas de su anterior disco de estudio (“Saliendo al sol”),  una de las cuales se hizo muy conocida como banda de sonido de un aviso publicitario (“Poder sonreír”), y la otra (“Uruguay), como cortina institucional de la emisora de FM que más música nacional irradia en el dial.

Parece ser ésa, una región estilística donde la cantautora uruguaya se siente muy cómoda y donde la inspiración termina dando sus mejores frutos.

 

CAMPO ABIERTO

 

En Uruguay casi no existen músicos que desarrollen una veta encontrada. Viniendo de otras latitudes, se pueden tomar varios discos de un artista y maravillarse con las vías de salida pergeñadas para una estética determinada, disco tras disco.

“Sic Transit” suena diferente a la producción anterior de Rossana Taddei y en cierta parte respeta algunas señas del camino transitado, en una especie de síntesis que parece hablar del desarrollo de un modelo.

Indicar la zona específica donde se produce el corrimiento no es fácil, desde que algo así como la mitad de las canciones del registro se encasillan  dentro de los límites del modelo precedente, y la otra mitad se oye tan diferente que parece no provenir de algún aspecto del perfil conocido. Si encima las sobrevivencias (o sea,  aquel conjunto de canciones que recuerdan cosas de anteriores registros) se resuelven de un modo que no coincide con los antecedentes,  el panorama se complica aún más.

Menos atado a vertebrar un sonido homogéneo (en parte porque se trata de poemas musicalizados que con un encare multidireccional logran evadir la redundancia y ampliar el campo operacional), si la mejor opción es la austeridad de una guitarra, o la escasa compañía de una batería, o si de pronto se necesita una instrumentación más agrandada, o el toquecito de un arreglo contemporáneo bien en boga –tanto electrónico como acústico-, tal será el descenso sobre la pista de aterrizaje de la solución.

Este campo abierto de procedimientos sin embargo, no explica el cuadro que avanza entre “Sic Transit” y la obra anterior de Rossana Taddei.  En la médula de ese trasiego, hay otra técnica de fragua sonora conformada por un dato recién introducido, y el desenvolvimiento de un rasgo anterior apenas esbozado en el final de la canción “Luz que llega” del CD “Tocando el agua”. Lo primero se vincula  a la utilización de abundante y variado instrumental percusivo y lo segundo, a la experimentación con voces (ya corales, ya individuales) que a su vez cumplen un papel percusivo de relevancia.

Un scat de la Taddei juega directo sobre ese rol en “Tachos de cobre” mientras que en la versión que hace de “Imposibles” de Fernando Cabrera, su voz se disipa sugerente atravesando el bosque de frecuencias de los filtros. Los coros casi delirantes, nasales, como de ranas sobreexpresivas y desorbitadas, aparecen en esas composiciones del disco que hacen la diferencia, sembrando una atmósfera de celebración  burlona y trascendente, vital y jolgoriosa, que por lo demás encuentra su correlato en canciones como “Navegación” –instrumentada con la grafía jodona del vaudeville- y en puestas que utilizan recursos lúdicos que traen remembranzas de la música para niños (como ese coro de voces espiraladas que ascienden y entroncan en el timbre exacto del sonido de una moto que arranca, en el final de “Tachos de cobre”).

La palabra riesgo puede quedar grande para definir a “Sic Transit”, si se piensa en un salto en el vacío que por cierto, en esta placa no existe. Pero si se piensa en la proposición de ideas nuevas que se apartan de la seguridad del camino ya hecho, riesgo es una palabra  más que apropiada.

 

Leonardo Scampini

                                                          

  FELIZ

 

 

 

Feliz. Rossana Taddei (Acqua Records, Buenos Aires 2009)

Sic Transit. Rossana Taddei (Ediciones Ayuí, Montevideo 2009)

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-Folletín de diez manos. Cada uno de los autores que escriben la novela-folletín-blog (cabrera, cavallo, santullo, soriano, trujillo), escribe un capítulo de no más de 2000 palabras. Para eso tiene una semana de tiempo. Cuando termina, envía su capítulo al encargado de hacer el siguiente. Cuando se cumplen 5 vueltas y, por lo tanto, se llega al capítulo 25, la novela se termina. Cada capítulo está acompañado de la ilustración de algún artista. Interesante.

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-EE.UU y la música digital. En los pronósticos de la última edición de su reporte sobre la música grabada a nivel global, la firma Strategy Analytics anticipa un nuevo hito para los formatos digitales en el año que viene.La compañía estima que los consumidores estadounidenses gastarán $2.700 millones de dólares el año que viene en CDs, por debajo de $2.800 millones en música en línea. El reporte también contempla la situación en 2015, pronosticando que los ingresos de la música en línea estarán conformados en un 39% por descargas de sencillos, 32% por descargas de álbumes, 14% por suscripciones y 14% por publicidad.

 

 

 

 

-Cursos de música en internet. Artículos y videos para aprender a tocar o mejorar conocimientos sobre guitarra, piano y otros instrumentos. La página se llama Virtuosso (www.virtuosso.com)